El despido libre es inviable en España debido a la política empresarial que impera en la mayoría de empresas españolas: Te pago lo mínimo, te exploto lo máximo, y si no te gusta te vas a la calle que hay cientos como tu deseando trabajar y por menos dinero.
Ya tenemos en España lo que se llama "Despido improcedente", que consiste en que te pueden despedir porque les da la gana, pero eso sí, por lo menos te llevas una indemnización.
Con el despido libre veríamos que el abuso por parte de los empresarios crecería exponencialmente. Te podrían despedir simplemente por no reírle las gracias al jefe, por ejemplo.
Pero entiendo perfectamente a una empresa que tenga que despedir a un trabajador que lleve, por ejemplo, 10 años con ellos y que tuvieran que pagarle 12.000 € de golpe en concepto de indeminización, sería un duro revés para la empresa.
Entonces... ¿Cómo solucionarlo?
Se podría solucionar implantando unas cartillas del banco especiales en la que figurara la empresa como titular (y sólo con permiso para meter dinero) y el trabajador como autorizado (sólo con permiso para ver el estado de la cartilla).
La empresa debería ingresar cada año la indemnización de 45 días del trabajador (trimestralmente, semestralmente o anualmente, como se quiera). Inmediatamente después de haberse ingresado el dinero éste quedara invertido en algo seguro y con rentabilidad (como las Letras y Bonos del Tesoro) y se liquidarán los beneficios anualmente.
¿Qué obtenemos con esto? Pues que al año siguiente el empresario deberá pagar menos indemnización, en concreto la cantidad de beneficios que haya generado la inversión. Así, mientras más antigüedad tenga un trabajador menos indemnización tendrá que ingresar anualmente la empresa.
Volvamos al caso anterior del trabajador con 10 años de antigüedad al que tienen que despedir y pagarle 12.000 € de indemnización. Ya no supone un duro golpe para la empresa, ya que tiene una cartilla en el banco con la indemnización que ha ido acumulándose año tras año y que era un dinero con el que la empresa no contaba para operar.
Pero esto tiene otras ventajas y aplicaciones. ¿Qué pasa con el trabajador que siente que en la empresa actual ya no puede seguir desarrollándose como profesional o que simplemente está harto de la empresa? Pues que muchas veces decide quedarse para no perder la indemnización.
Pero ahora eso ya no es problema, basta con hacer un cambio de titularidad en la cartilla para que figure la nueva empresa como titular y a seguir trabajando. Para la nueva empresa esto también supone una ventaja ya que desde el primer momento ya está pagando menos indemnización gracias a los intereses que genera el dinero acumulado en la cartilla del trabajador.
¿Y qué pasa si el trabajador fallece? Pues que el dinero iría para el conjugue. Lo que supondría un gran colchón económico mientras se adapta a la nueva situación y rehace su vida.